Cuando tenemos problemas con nuestra pareja, con nuestros hijos o con nuestros padres, empezamos a discutir. Buda nos dice:»Querido amigo, querida amiga, cierra los ojos un momento. Imagínate dónde estarás dentro de trescientos años. ¿Qué quedará de vuestro entorno dentro de trescientos años? ¿Qué quedará de vosotros mismos?. No es inteligente discutir y darse sufrimientos los unos a los otros. Todo cambiará, se transformará. No seáis tan duros. La vida es corta». Cuando volvamos a abrir los ojos, ya no querremos seguir discutiendo. Lo que desearemos es abrazar con cariño a los demás.
THICH NHAT HANH