ÁBRELE LOS BRAZOS A TU CUERPO CARIÑOSAMENTE CON TODA TU ATENCIÓN Y TU AGRADECIMIENTO.

En el pasado, muchas veces hemos desatendido nuestro cuerpo; hemos abusado de él y lo hemos dejado exhausto; no le hemos prestado atención. ¿Acaso no deberíamos estarle agradecidos por todo lo que hace por nosotros? Agradecidos a nuestro corazón, que late incansablemente, agradecidos a nuestras piernas, que nos soportan sin quejarse y nos llevan donde nosotros queremos. Agradecidos a nuestros ojos, que nos permiten disfrutar de un paraíso de colores y formas. Agradecidos a esta obra maravillosa que es nuestro cuerpo, con el que caminamos por la vida.

THICH NHAT HANH

Deja un comentario